Un Wimbledon de
ilusión
Esta
arboleda de álamos,
alrededor
del frontón,
es
la tribuna repleta
de
mi propio Wimbledon.
Estos
álamos plateados
observan
cada jugada
con
una mirada atenta,
con
mirada concentrada.
Este
público de álamos
sigue
con expectación
el
osado desafío
al
imbatible frontón.
Esta
arboleda de álamos
aprueba
con interés
mi
sevicio, mi volea,
mi
derecha y mi revés.
Estos
álamos plateados
añoran
sobremanera
el
tiempo en que las raquetas
eran,
también, de madera.
Este
público de álamos
declara
el juego empatado:
el
frontón devuelve todo
y
yo, los álamos piensan,
¡con
qué entusiasmo he jugado!
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