La noche me regaló
La noche me regaló
una estrella luminosa,
que corría por el cielo,
fulgurante, presurosa.
La noche me regaló,
justo frente a mi balcón,
una larga línea blanca,
como, en el cielo, un rayón.
La noche me regaló,
entre mil estrellas quietas,
una estrellita fugaz,
una estrellita coqueta.
La noche me regaló,
por ser yo público atento,
una estrella voladora
que duró sólo un momento.
La noche me regaló,
por hacerle compañía,
esa estrella que volaba,
que flotaba, que caía.
La noche me regaló,
¿qué sé yo?, ¡porque ella
quiso!,
ese guiño luminoso
que parecía un saludo,
que parecía un hechizo.
Douglas Wright