28 de diciembre de 2013

“Marinero en tierra firme, marinero del espacio...”




“Marinero en tierra firme, marinero del espacio...”

 
Marinero en tierra firme:
mi balcón es la cubierta,
la media sombra es la vela;
bajo el sol, de la mañana
este barquito navega.

Marinero del espacio:
bajo la noche estrellada,
en mi barquito-balcón,
navego en el universo
mientras canto esta canción:

“Marinero en tierra firme,
marinero del espacio,
navego en el mar del tiempo
ni rápido ni despacio.”


Douglas Wright


25 de diciembre de 2013

¡Viva la vida buena!



¡Viva la vida buena!


La casa está fragante,
las alacenas, llenas;
el sol en el balcón
hace la vida buena.

El freezer está lleno
de pizza y milanesas;
dibujos y poesías
cubren toda la mesa.

La casa está de fiesta,
la vida está de fiesta;
vino tinto, el almuerzo,
la hora de la siesta.

La casa está fragante,
mi alma está llena:
viva la vida linda,
¡viva la vida buena!


Douglas Wright


21 de diciembre de 2013

El Jardinero Mágico (informal)



Parece que está solo,
pero el Jardinero Mágico
no está solo.



17 de diciembre de 2013

El Jardinero Mágico



El camino lindo es más corto que el camino feo,
piensa el Jardinero Mágico.



Rodolfo, el reno narigón




Rodolfo, el reno narigón


Versión en castellano de “Rudolph the Red-Nosed Reindeer”,
de Johnny Marks.

Guitarra y arreglos: Carlos Porta
Letra en castellano y voz: Douglas Wright

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Rodolfo, el reno narigón


Todos saben que Santa tiene muchos renos,
pero ésta es la historia del reno más bueno;
y ahora escuchen bien
lo que aquí les contaré...


Rodolfo, un reno de Santaclós,
era un poco narigón,
con una nariz muy roja
que parecía un farol.

Todos los otros renos
del trineo de Santaclós
se burlaban de Rodolfo,
le decían “narizón”.


Pero una Navidad,
con niebla de más,
Santa le dijo: “Rodolfo,
esta vez tú nos guiarás”.


Con su nariz brillante,
Rodolfo el trineo guió,
y ahora todos los renos
aman al más narigón.


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Canción: Rodolfo, el reno narigón


Rudolph the Red-Nosed Reindeer




Rudolph the Red-Nosed Reindeer


Aquí va nuestra versión de la canción escrita por Johnny Marks (basada en una historia de Robert L. May).

¡Un homenajito a nuestra niñez!


Guitarra y arreglos: Carlos Porta
Voz: Douglas Wright

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Canción: Rudolph the Red-Nosed Reindeer


12 de diciembre de 2013

Almohadones al sol





Almohadones al sol


(Situaciones que generan fotos
que generan poesías...)



Almohadones al sol,
¡qué espectáculo tierno!;
aprovecho en verano,
no se puede en invierno.

Almohadones al sol
en el sol del balcón;
ese sol que acaricia
cada cada almohadón.

Almohadones al sol,
¡qué espectáculo hermoso!;
almohadones mullidos,
almohadones fragantes,
almohadonesponjosos.


Douglas Wright



10 de diciembre de 2013

Zambita de la ciudad - II




Zambita de la ciudad - II


Una nueva versión de “Zambita de la ciudad”,
en otra tonalidad.

(¡Ah, mi cortada Amambay!...)


Letra, música, guitarras y voz: Douglas Wright

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Canción: Zambita de la ciudad - II


Esta Navidad - (canción)




Esta Navidad

Canción basada en la poesía “Esta Navidad”,
una especie de arrorró navideño para grandes y chicos.

Letra , música, guitarras y voz: Douglas Wright.

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Canción: Esta Navidad


6 de diciembre de 2013

Esta Navidad



Esta Navidad


Dame un lindo abrazo
esta Navidad;
un abrazo solo,
eso y nada más.

Dame un fuerte abrazo
esta Navidad;
quiero algo bien cierto,
quiero algo real.

Dame un gran abrazo
esta Navidad;
tan sólo un abrazo
que diga “te quiero”,
eso y nada más.


Douglas Wright

  

5 de diciembre de 2013

Mir y yo - (retrato)




Mir y yo - (retrato)


Retrato en una bandeja
de ésas de panadería;
Mir y yo, manos con manos
y sonrisas de alegría.

Mir y yo en una bandeja,
una de ésas de cartón;
sonrisas en las miradas,
sonrisas del corazón.

Retrato de Mir y yo,
que pinta nuestra alegría,
pintado en una bandeja
de ésas de panadería.


Douglas Wright

  

3 de diciembre de 2013

Mir y yo - (la casa del árbol)




Mir y yo - (la casa del árbol)


Tengo una casa en un árbol
repleto de pajaritos;
una casa de madera
que tiene dos balconcitos.

Tengo una casa en el árbol
donde viven los gorriones;
de madera, las paredes,
la escalera, los balcones.

Vivo en la casa del árbol
como si fuera un gorrión;
es un nido de madera,
igual que el árbol, marrón.

Hasta mi casa del árbol,
de su planeta lejano,
Mir se acerca a visitarme
igual que un gorrión marciano.


Douglas Wright


Mir y yo - (¡pobrecito Botticelli!)




 Mir y yo - (¡pobrecito Botticelli!)


¡Pobrecito Botticelli!,
que pintó “La Primavera”
sin tener como modelo
a esta especie de marciana,
de marciana de primera.

¡Pobrecito Botticelli!,
se tuvo que conformar
con pintar “La Primavera”
sin tener a esta marciana
para poderla pintar.

¡Pobrecito Botticelli!,
no se pudo permitir
el lujo de esta modelo,
de esta modelo marciana,
como es la marciana Mir.


Douglas Wright


25 de noviembre de 2013

Imprisionistas


Movimiento de pintores presos que adhieren a la corriente
Impresionista (que propicia  la pintura "au plain air" -al aire libre-,
paradójicamente).

Los cuadros de los Imprisionistas son fáciles de reconocer
(y de diferenciar de los verdaderos Impresionistas) ya que
por delante de los paisajes que pintan, y atravesando el cuadro
de borde a borde, aparecen siempre, en primer plano,
unos barrotes de hierro.



El Jardinero Mágico



Ésto le pasa al Jardinero Mágico
por guardar el libro de Botánica
junto a los libros de Magia.



11 de noviembre de 2013

Zambita de la ciudad




Letra, música, voz y guitarra: Douglas Wright

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Canción: Zambita de la ciudad


28 de octubre de 2013

Zambita de la ciudad



Zambita de la ciudad



Zambita de la ciudad,
la que le canta a mis penas,
ahuyenta las penas malas
y me acaricia las buenas.

Zambita de la ciudad,
la que canta mi alegría,
en el balcón de mi alma
suena de noche y de día.


Zambita de la ciudad,
mi zambita ciudadana,
no le canta a la montaña,
ni a la quebrada, ni al valle,
sino al cielo de mi calle,
sino al sol de la mañana.


Zambita de la ciudad,
zambita humilde, modesta,
cada vez que yo la canto
me pone el alma de fiesta.

Zambita de la ciudad,
de mi cortada Amambay,
zambita de lo que tengo,
zambita de lo que hay.


Zambita de la ciudad,
que suena donde me halle,
no le canta a la montaña,
ni al valle, ni a la quebrada,
sino al sol de la mañana,
sino al cielo de mi calle.


Douglas Wright


23 de octubre de 2013

El balcón ha florecido





El balcón ha florecido


El balcón ha florecido,
ya estamos en primavera,
ha florecido la planta
—la alegría del hogar—,
y ha florecido la ropa
—las sábanas y las mantas,
el pantalón, la remera.

El balcón ha florecido,
la ropa al sol y las flores
—flores blancas, flores frescas,
ropa de todos colores.


Douglas Wright


19 de octubre de 2013

Mir y yo - (nada de eso)



Mir y yo - (nada de eso)



No, no es como si me reencontrara con una parte de mí cada vez que me encuentro con Mir (una parte de mí casi olvidada —que andaba en otro planeta y viene a reencontrarme).

No, no es como si la piel de Mir se quedara en mi piel cada vez que Mir se vuelve a su planeta (y mi piel se quedara en la suya, también).

No, no es como si una energía viniese de Mir hacia mí —y fuese de mí hacia Mir— a gran velocidad (a la velocidad de la luz, tal vez —o a esa velocidad instantánea que tiene la vida).

¡No, no, no!, no es como si Mir y yo fuésemos una especie de “Mir-y-yo” más diverso y múltiple que “Mir” y “yo” por separado.

Y no, no es como si Mir y yo fuésemos todas las miradas cuando nos miramos, todas las caricias cuando nos tocamos, y todo el amor (ése que no es ni mucho ni poco, sino sólo amor) cuando nos queremos, cuando nos amamos.

No, nada de eso, aunque sí: muy, muy parecido.



Douglas Wright


18 de octubre de 2013

Mir y yo - (¡ah!, esa risa de Mir...)




Mir y yo - (¡ah!, esa risa de Mir...)


¡Ah!, esa risa de Mir
me campanillea el alma,
me hace cosquillas, me alegra,
me da certezas, me calma.

¡Ah!, esa risa de Mir,
que flota como una brisa,
le da alegría a mi día,
hace reír a mi risa.

¡Ah!, esa risa de Mir
revolotea por mi casa;
¡ah!, esa risa de Mir,
que me acaricia y me abraza.


Douglas Wright

  

Mir y yo - (“somos raros”)




Mir y yo - (“somos raros”)


“Somos raros”, dice Mir
—yo asiento con la cabeza;
somos raros, es muy cierto,
es la única certeza.

“Somos raros”, dice Mir,
“tan raros como marcianos”
—que se miran a los ojos,
que caminan de la mano.

“Somos raros”, dice Mir,
“más raros que qué sé yo”
—somos raros, muy, muy raros,
¡así somos Mir y yo!


Douglas Wright



16 de octubre de 2013

¿Un sombrero con bufanda?


¿Un sombrero con bufanda?
(Fotos que generan poesías...)


 

¿Un sombrero con bufanda?
¿Mis ideas tienen frío?
Debe ser por practicar
eso del libre albedrío.


Douglas Wright


Así surgen mis ideas


Así surgen mis ideas

(Fotos que generan poesías...)



Así llegan mis ideas:
en un rayito de sol
que acaricia mi sombrero
(como el de ese Indiana Jones).

Así surgen mis ideas:
de ese rayito de sol
que se posa en mi sombrero
(el de este Indiana “Yo”).


Douglas Wright


11 de octubre de 2013

Mir y yo - (encedemos fuegos)





Mir y yo - (encedemos fuegos)



Mir y yo encendemos fuegos
en esta noche azulada;
por cada fuego encendido,
una estrella iluminada.

Mir y yo, dos marcianitos
que haciendo fuegos se entienden;
Mir y yo encendemos fuegos
y los fuegos nos encienden.

Mir y yo encendemos fuegos
en esta noche estrellada;
con cada fuego encendido
hay un brillo en la mirada.


Douglas Wright


5 de octubre de 2013

Mir y yo - (receta para una pizza marciana)



Mir y yo - (receta para una pizza marciana)


Ingredientes:

1) Mir y yo (¡fundamental: sin Mir y sin yo no hay pizza marciana!).

2) Una prepizza de primera (no comprada en el almacén, no comprada en el supermercado, no comprada en la panadería sino en la fábrica de pastas de mi barrio, en mi planeta de otoños y de plazas). (La fábrica de pastas es —en realidad— una fachada, un disfraz, un frente, detrás del cual se oculta la mejor fábrica de prepizzas de toda la galaxia.)

3) Quesos. Muchos quesos. Variados quesos. Cuanto mejor sea el queso: ¡mejor! Y cuanto más variados sean los quesos: ¡muchísimo mejor! (Seguramente la pizza marciana tiene —como Mir y como yo— alma de ratón.)

4) Tomates des-secados (es decir: tomates secos hidratados, humedecidos, humectados).

Otros ingredientes:

Huevos duros, a veces; aceitunas, siempre (a veces verdes, para variar; casi siempre negras); orégano, casi siempre; aderezo para pizza (aderezzo, como nos gusta llamarlo), casi nunca; aceite de oliva (primera prensada en frío), un chorrito debajo de la prepizza, y un chorrito arriba, antes del golpe de horno final. (Muy de vez en cuando, roquefort, para una pizza azul, y gruyere, que picamos mientras preparamos cualquiera de nuestras pizzas.)

Puede haber más ingredientes, por supuesto (de acuerdo con cada marciano —de acuerdo con cada pareja de marcianos), pero para Mir y para mí, estos son suficientes.

Ahora, el modo de preparación:

Ponemos la prepizza en el horno (encendido, cuando nos acordamos —si no, la pizza marciana tarda más), a fuego bajito, muy bajito (si no, la pizza marciana seguro se nos pasa —¡como ya nos pasó!).

Mientras esperamos, nos zambullimos en la computadora, en los libros o en los discos (y terminamos bailando, leyendo una poesía o viendo una película desparramados en nuestro nido). Cuando nos acordamos (o cuando nos pica la panza), volvemos al horno que, por suerte, estaba bajito, muy bajito.

El queso: ¡los quesos! Cortamos tiras de queso fresco o muzzarella (según la época, según las ganas, según los precios) y volvemos la prepizza enquesada al horno (muy bajito, siempre). Entonces: ¡a rallar más quesos! Provolone y sardo, casi siempre, que rallamos mientras reímos (y que parecen reír mientras los rallamos). (¡Ah, es una delicia rallar quesos con Mir!) Así, entre risa y risa, un pedacito de provolone para Mir, un pedacito de sardo para mí, y después, al revés... Y charlamos y reímos, y reímos y rallamos, hasta que el olorcito que sale del horno nos dice: “¡ya!”.

Sobre la manta de queso derretido Mir hace llover las escamas de queso rallado con una gracia musical (como copos de nieve en cámara lenta —o como esos panaderos que anuncian la llegada de la primavera). El queso fundido recibe al queso rallado con un suspiro de alegría (o tal vez somos nosotros los que suspiramos, no lo sé).

Ahora sí, el horno al máximo y la pizza adentro para el toque final, pero con una condición: no nos movemos de al lado del horno. (Y tampoco hablamos, y tampoco nos reímos, y tampoco nos miramos —aunque tomados de la mano, eso sí). El menor descuido y: ¡chau pizza marciana! (Una mirada, y ¡a bailar! Una sonrisa, y ¡a dormir una siesta llena de películas! Una palabra, y ¡horas y horas de charla!) Así que, nada: calladitos, de la mano, con la mirada fija en el horno, hasta que una musiquita olfativa (un Ding-Dong de olorcitos sabrosos) nos indica que ya está.

Los tomatitos, las aceitunas, el orégano, y corremos con Mir a la mesa a saborear nuestra pizza.

Pero si —como ocurre a veces— en el trayecto desde el horno hasta la mesa surgen esas miradas y esas sonrisas que llevan a bailes, películas y charlas, la pizza marciana queda para el desayuno del día siguiente: ¡nuestro suculento desayuno marciano!


Douglas Wright

27 de septiembre de 2013

¡Ya es primavera!



¡Ya es primavera!


Ya es primavera
—¡todo de primera!—;
el jazmín, el fresno
que está en la vereda,
todo se refresca,
todo se revive,
todo se renueva.

Ya es primavera:
¡ya es primavera!


Douglas Wright


24 de septiembre de 2013

Dos copas de vino blanco


 Dos copas de vino blanco

(Situaciones que generan fotos
que generan poesías
que generan dibujos...)




Dos copas sobre la mesa
—una en la otra se refleja—,
cada copa, con su vino,
con la otra copa festeja.

Una velita encendida
pone chispas en los vidrios,
y con brillitos dorados
también chispean los vinos.

Dos copas sobre la mesa
—una y otra se reflejan—,
dos copas de vino blanco
con sus reflejos festejan.





La azucarera verde


La azucarera verde

(Situaciones que generan fotos
que generan poesías
que generan dibujos...)




 La azucarera encontró su lugar
entre las tazas que ya la esperaban;
verde con verde, reían las tres,
verde con verde, a coro cantaban.

Entre las tazas que ya la esperaban,
la azucarera encontró su lugar;
verde con verde, las tres a reír,
verde con verde, las tres a cantar.

La azucarera encontró su lugar
entre las tazas que ya la esperaban;
verde con verde con verde, reían,
verde con verde con verde, cantaban.