¡Un desorden musical!
En esta
choza escondida
el desorden
es total;
guitarras
en los sillones,
charangos
sobre las camas
y sobre los
almohadones,
piano, quenas,
ukelele,
micrófonos,
partituras,
y sikus en
las paredes
y por todos
los rincones;
en esta choza
encantada
el desorden
es genial:
¡un
desorden musical!