---- Bonus En estas macetas (que yo llamo "Walt Whitman"
porque en ellas dejo que crezca lo quiera —yuyos, por ejemplo) alguna vez hubo
"alegrías del hogar" (que compraba en un puesto de la feria). Ahora se instalaron (por su cuenta) unos fresnos (unos
fresnitos, en realidad) que parecen gritar "¡VERDE, VERDE!". Yo los saludo con estos versitos. DW
La omnipresencia del sol ¿Por qué hago todas
estas coplitas dedicadas al sol? No lo sé. Tal vez antes, hace
mucho tiempo, alguien hacía una pila de piedras para expresar su alegría por la
presencia (omnipresencia) del sol, o tallaba un palo y lo plantaba en el suelo. En esta época de
papel y birome, ¡ésta es mi manera! Douglas Wright
Coplas, coplas y
más coplas Letra y música: Douglas Wright Coplas, coplas y más coplas, ¡qué digo, coplas chiquitas!, como granitos de arena, como aserrín o astillitas. La luna sola se asoma, en la noche silenciosa, por encima de la loma. El sol redondo rebota por las calles de mi barrio como una enorme pelota. Coplas chiquitas palpitan, no dejan de palpitar, sin querer, se hacen canciones y yo me pongo a cantar. El árbol de la vereda espera todo el invierno los brotes de primavera. La nube que va al Oeste saluda a la nube blanca que se dirige hacia el Este. Coplitas que son, apenas, mi modo de sonreír, de sonreírle a la vida, de sonreírle al vivir. La primera mariposa de esta nueva primavera se posa sobre una rosa. En la noche silenciosa cada estrella es la más bella, ¿qué digo?, ¡la más hermosa! ¡Qué sé yo por qué las canto, ah, vaya uno a saber!, canto por andar cantando que es mi manera de ser. Mil solcitos amarillos dando vueltas por el cielo, en cada uno yo brillo. ¡Qué alegría, qué alegría!, el gran sol de la mañana trae alegría a mi vida. Coplas, coplas y más coplas que me invitan a cantar, ¡andar cantando coplitas, ese es mi modo de andar!
Coplitas chiquitas Letra y música:
Douglas Wright Coplitas
chiquitas que
no se marchitan, apenas
comienzan y ya
se terminan. Los pájaros se alborotan al llegar la primavera, de rama en rama rebotan. En la mañana temprana se escucha el tañir lejano de la sonora campana. Coplitas
chiquitas, coplitas
livianas, vibrantes,
radiantes como
una campana. Una ola y otra ola se saludan con la espuma, se saludan con un "hola". Allá, detrás de los montes, una montaña sin nombre se asoma en el horizonte. Coplitas
chiquitas que
surgen del alma cuando
estoy sereno, cuando
estoy en calma. Anda el río en la pradera, silencioso en el invierno, cantarín en primavera. ¡Ah, las noches y los días!, ¡ah, los días y las noches!, se hacen siempre compañía. Coplitas
chiquitas que
no se marchitan, surgen
como flores, como
margaritas. En el bosque silencioso duerme el pájaro, el ratón, duerme el ciervo, duerme el oso. Somos rayitos del sol, cada uno es un rayito, él y ella, vos y yo. Coplitas
chiquitas que
no se marchitan, florcitas
fragantes florcitas
fragantes como
margaritas.
Bonus Es domingo al
mediodía. Estoy sentado en el
balcón bajo un cielo celeste precioso, lleno de nubes blancas, brillantes,
radiantes. (Unas nubes de
Pissarro, como me gustan a mí.) He fotografiado,
dibujado y escrito muchas veces acerca de estos cielos y estas nubes desde que
vivo en Amambay y disfruto de sus balcones. Y muchas de las
cosas que escribí y dibujé estaban dirigidas a los "chicos" (ya que
era en ese medio —el de las revistas y libros infantiles— donde se desarrollaba
mi actividad). Hace rato, ya, que
estoy retirado de esa actividad y las cosas que escribo y dibujo tienen que ver
con otros asuntos. Este domingo al
mediodía se "instaló" en mí, otra vez, ese "chico" de 10 o
12 años (que es el que escribía, creo, aquellas poesías). ¡Bienvenido sea! DW