28 de septiembre de 2010

¡Qué lindo, qué lindo, viajar en colectivo!

¡Qué lindo, qué lindo,
viajar en colectivo!
Lindo, si viajo solo
o voy con un amigo.

Y por la ventanilla
yo veo desfilar
las casas de mi barrio,
el almacén y el bar.



¡Qué lindo, qué lindo,
viajar en omnibus
por las calles soleadas,
todas llenas de luz!

Y sentado en mi asiento
parece que yo vuelo
en un avión sin alas
que vuela a ras del suelo.



¡Qué lindo, qué lindo,
andar en un transporte
con ventanas enormes
y asientos con resorte!

Y así, callado y quieto,
sentado en mi lugar,
paseando por la vida:
¡la vida veo pasar!

24 de septiembre de 2010

Mi casa es como un barco




Mi casa es como un barco,
un barco de madera;
la calle es como el mar,
la costa es la vereda.

En mi barco yo navego
por el mar de la mañana;
el sol que brilla en el cielo
se mete por la ventana.


Mi casa es como un barco,
que anda por la vida;
la calle es mar tranquilo,
mar bravo es la avenida.

En mi barco yo navego
por el mar del mediodía;
navego un mar de aventura,
navego un mar de alegría.


Mi casa es como un barco,
un barco de papel;
yo soy el capitán,
yo soy el timonel.

En mi barco yo navego
por el cielo de la tarde;
el cielo está todo rojo,
el mar parece que arde.


Mi casa es como un barco,
el balcón, la cubierta;
de noche anda mi barco
por la calle desierta.

En mi barco yo navego
por la noche que es un mar;
cierro los ojos y en sueños
nos vamos a navegar.



5 de septiembre de 2010

Qué lindo que es ver la ropa colgada


Qué lindo que es ver
la ropa colgada;
la sábana blanca,
la funda de almohada.

Una sábana gigante
parece un paracaídas
que, con la funda de almohada,
juega a las escondidas.

La remera es un fantasma,
la camiseta es un hada,
y la bufanda parece
una víbora rayada.




Qué lindo que es ver
la ropa tendida;
tan llena de gracia,
tan llena de vida.

Ropa blanca, ropa roja,
ropa verde y ropa azul;
ropa gruesa y ropa fina,
ropa de lana y de tul.

Un par de medias zurcidas
y un pantalón remendado
bailan con un camisón
que está medio desflecado.




Qué lindo que es ver
la ropa flameando;
cantando y riendo,
jugando y bailando.

Ropa limpia en la terraza,
ropa limpia en el balcón,
ropa de grande y de chico,
de mujer y de varón.

Un aroma a ropa limpia,
a lavanda y a limón,
parece que a mi nariz
le cantara una canción.




Qué lindo que es ver
la ropa en la soga;
parecen las velas
de un barco que boga.

Broches de todos colores
brillan como pinceladas
verdes, azules, naranjas,
amarillas, coloradas.

Y yo tengo la impresión
de que la ropa está viva,
y la ropa me saluda
para abajo y para arriba.