Una arboleda, tranquila
Una arboleda, tranquila,
a la hora de la siesta;
todo el paisaje, en silencio,
parece, se despereza.
Una arboleda, tranquila,
bajo un gran cielo celeste;
todo sereno, callado,
todo en calma, todo agreste.
Una arboleda, tranquila,
parece, duerme la siesta;
¡y la siesta es una fiesta:
una fiesta de silencios,
una fiesta de frescor,
una fiesta de amarillos,
una fiesta de verdor!
Douglas Wright