Género de películas y libros (y libros de los que se han filmado películas -y películas de las que se han escrito libros), que narra cómo en un futuro posible -y cada vez más probable-, una plaga amenaza con aniquilar a todas las formas de vida del planeta, o, al menos, a toda la vida humana del planeta (o, de última, a todos los norteamericanos).
¿Dónde ocurren las Rensillas? En los bares, los restaurantes, las salas de reunión... y en las fábricas de sillas, por supuesto.
¿Cómo se resuelven las Rensillas? De dos modos:
1. Los protagonistas-antagonistas (dos o más), sentado cada uno en su silla (sólo una por participante), esgrimen (ordenadamente y por turnos) los argumentos encontrados (o encuentran nuevos argumentos para esgrimir).
2. Los protagonistas-antagonistas (dos o más -véanse las Rensillas en los Saloons de algunas películas del Oeste) utilizan la propia silla como argumento (haciendo que éste entre, a los sillazos, en la cabeza de sus contrincantes).
Te todos modos, en cuestión de Rensillas, no hay que dar nada por sentado.
Una fórmula infalible para evitar que una Rensilla se desate: “desensillar hasta que aclare”.
Sable que no puede faltar, que no puede estar ausente, que no puede dejar de estar... (en un duelo con sables, por ejemplo, o en la estatua de San Martín).
Por decirlo de otro modo; un sable puede estar o no, un Indispensable: debe.