Bestias enormes, salvajes, sacudiendo su osamenta; cuerpos negros y mojados lanzando aullidos al viento: los árboles de la plaza una noche de tormenta.
Por todas partes, la gente, la gente va a trabajar; oigo el ruido de camiones, de colectivos, de trenes, de pasos y de bostezos; la gente va a trabajar.
Por todas partes, la gente, la gente va a trabajar; oigo el ruido de herramientas, de bolsos, de portafolios, de mochilas y todo eso; la gente va a trabajar.
Por todas partes, la gente, la gente va a trabajar.