
A diferencia de lo que ocurre con la Propiedad Horizontal o PH, ésta no requiere título de propiedad (ni papeles firmados por escribanos y cosas así); y a diferencia de la Propiedad Horizontal, la Propiedad Vertical cambia todo el tiempo: hoy un pedazo de estrella y algunos planetas lejanos, mañana unas nubes, y pasado mañana un mediodía de sol...
Lo único que hace falta para disfrutarla es pararse tranquilo en el patio y mirar hacia arriba (no de vacaciones en Córdoba, en Mar del Plata o en Bariloche -ni en Brasil, Londres o París).
Ahí nomás, donde uno esté (donde uno “se encuentre”, dirían algunos)...

Y para los que no tienen patio, la PV se aplica también a los balcones y las ventanas y, por supuesto, a las veredas y senderos por los que uno circula a gusto (los del Botánico, por ejemplo).
(La Ciclopedia se publica regularmente en TamTam.)