¡Qué lindo regalo!
El
olor a tierra,
el
olor a pasto,
el
olor a lluvia,
el
olor a mar;
cada
uno tiene
su
fuerza olfativa,
cada
uno tiene
su
fuerza vital.
El
olor oscuro
de
esa tierra fértil,
el
olor picante
de
ese pastizal,
el
olor tan dulce
de
esa lluvia mansa,
y
ese mar que inunda
con
su olor a sal.
¡Qué
lindo regalo,
el
de los olores!,
¡qué
experiencia hermosa,
el
poder oler!;
y
ver los aromas
que
las cosas tienen,
y
oír esa música,
que
la vida misma,
en
forma de olores,
nos
quiere ofrecer.
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