15 de mayo de 2012

Un día tranquilo


    
    
     
     Un día tranquilo 

     Miguel se levantó de la cama, se lavó la cara y los dientes, tomó el desayuno y pasó toda la mañana jugando en el jardín de su casa.
     Después de almorzar durmió la siesta.
     Por la tarde jugó con su autito de madera hasta la hora de la merienda, y después leyó un libro y miró la tele hasta que lo llamaron a cenar.
     Cuando terminó de comer el postre subió a su pieza, se puso el pijama y se preparó para ir a dormir.
     Iba rumbo a la cama cuando tropezó con su autito de madera.
     Miguel cayó por la ventana abierta y fue a parar sobre un caballo que lo lanzó sobre un camión que iba rumbo al aeropuerto donde un avión lo llevó volando sobre unas montañas hasta un río donde se lanzó en paracaídas para ir a dar sobre un barco que luego de caer por unas cataratas atravesó un lago hasta llegar al puerto donde un ómnibus lo llevó hasta la puerta de su casa donde estaba su mamá sacando la basura.
     Miguel se fue a la cama pensando que, salvo por los últimos acontecimientos, había tenido un día tranquilo.


     Douglas Wright

    
    

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