22 de mayo de 2012

Mir y yo - (como pájaros)


  


     Mir y yo - (como pájaros)

     Mir y yo flotábamos por el aire. Como pájaros, decían algunos. Pero Mir y yo pensábamos que era al revés y que eran los pájaros los que volaban como nosotros. (“Se volaban”, decíamos en broma.)
     (Y así, “volados”, íbamos nosotros por encima de los árboles de la plaza —unos que se ponen morados cuando llega el otoño.)
     Mir y yo nos sentábamos en un banco, durante meses y meses, a ver pasar las estaciones. La primevera y el otoño eran nuestras preferidas.
     Ella sabía los nombres de los árboles, y yo sabía cómo pensaban y sentían. (A veces, ella también. Por eso éramos amigos.)
     Mir y yo jugábamos a mirarnos a los ojos (al único ojo que cada uno tenía), fijamente, durante años, siglos, milenios.
     En realidad, cuando Mir y yo nos mirábamos a los ojos, el tiempo desaparecía. Y nosotros también. No había más Mir, y no había más yo. Todo era un solo ojo que se miraba a sí mismo.
     Mir regresó a su planeta hace muchos, muchos años (milenios, tal vez). Y yo me quedé en el mío (este planeta de primaveras, otoños y plazas).
     A veces, me parece que los pájaros de la plaza se sientan en una rama, durante meses y meses, a ver pasar las estaciones, y juegan a mirarse a los ojos durante siglos, milenios.
     Y flotan por el aire, tal como Mir y yo volábamos por el aire, como pájaros.


        Douglas Wright

    
    

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