Con sus hojas amarillas
¡Otoño!, me grita el
fresno
con sus hojas
amarillas
—en el fresno de mi
casa,
el fresno de mi
balcón,
¿qué sé yo?, el
otoño brilla.
El fresno me grita
¡otoño!,
y yo escucho con los
ojos
—que se llenan de
amarillo,
¿qué sé yo?, se
llenan de oro.
¡Otoño!, me grita el
fresno
—el fresno de mi
balcón,
el fresno de mi
maceta—,
y se hace otoño mi
mente,
y se hace otoño mi
alma:
¡otoño, mi corazón!
Douglas Wright
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