Cada vez que viajo en barco
los ojos se me hacen mar;
y el aire tiene un perfume
que da gusto respirar.

Arriba, tan sólo el cielo;
abajo, tan sólo el mar;
y en el medio, en mi barquito,
yo ando dele navegar.

Cada vez que viajo en barco
toda mi piel se hace mar;
el viento le hace cosquillas,
la sal me la hace picar.

No quiero islas de piratas
ni tampoco naufragar;
yo sólo quiero, en mi barco,
navegar y navegar.

Cada vez que viajo en barco
la vida se me hace mar;
la vida tiene un perfume
que da gusto respirar.

En algún momento volveré.
ResponderEliminarPor ahora prefiero seguir navengando...
(Estas cosas pasan cuando se escribe lindo)
¡Gracias!
Bueno, Paula...
ResponderEliminar¡Gracias!
Y "buen viaje".
guaaa!! me encanta el blog, siempre encuentro poemas preciosos
ResponderEliminar¡Me alegro, "Noticias"!...
ResponderEliminarMuchas gracias.