El otoño en Amambay
Amarillo,
celeste, amarillo,
el
otoño en Amambay;
celeste
suave en el cielo,
y
amarillo en las hojitas
que
van cayendo del fresno
en
lento revolotear.
Amarillo,
celeste, amarillo,
el
otoño en Amambay;
arriba,
un cielo celeste,
abajo,
todo amarillo
—las
calles y las veredas,
las
terrazas, los tejados,
los
balcones, los jardines,
los
autos estacionados—:
¡amarillo
y amarillo
todo,
todo lo demás!
El otoño rojo era mi preferido hasta que lo teñiste de amarillo.TOBIAS M
ResponderEliminarAh, Tobías...
EliminarHermoso tu comentario!
A mí también me gustan los otoños rojos (y los ocres, naranjas y marrones).
Esos los veo cuando voy a caminar por el parque.
Pero sucede que, justo frente a mi balcón, hay unos fresnos que en esta época se la pasan dele largar sus hojitas amarillas...
Un saludo otoñal!!!
Douglas.