¡Qué cosa maravillosa!
¡Qué
cosa maravillosa!,
esto
fue lo que ocurrió:
recostada
en las macetas
del
kinoto y la lavanda,
¡era
la mañana misma
la
que andaba en mi balcón!
¡Qué
cosa maravillosa!,
esto
es lo que percibí:
acariciando
las plantas
y
la pared de ladrillo,
¡era
la mañana misma
la
que andaba por aquí!
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