Un árbol no es una
cosa
Ahora
sé lo que es un árbol
—creo
que ahora lo sé—:
tronco,
raíces y ramas,
más
todo lo que se ve.
Abajo,
toda la tierra
—donde
se hunden las raíces—,
y
arriba, todo ese cielo
—con
nubes blancas y grises.
La
brisa que lo acaricia
y
el canto de pajaritos
dicen
“árbol, árbol, árbol”
—como
en silencioso grito.
Un
árbol no es una cosa
—es
lo que a mí me parece—
sino,
más bien, un proceso
que
hacia arriba, hacia abajo
y
hacia los costados crece.
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