Los misterios de la abuela Agatha
El caso de las catorce esposas
Nadie se había dado cuenta de que Sir Henry Wimpole del
condado de Sussex tenía catorce esposas salvo la abuela Agatha.
Algunas cuestiones llamaron la atención a su ojo inquieto.
1. Las catorce mujeres que vivían en la mansión Wimpole (del
condado de Sussex) se llamaban Mary: Mary Wimpole. Todas.
2. En la parte central de la planta alta había una
habitación con un cartelito en la puerta con la inscripción “H. W.” (“Henry
Wimpole, sin duda”, pensó la abuela Agatha) y siete habitaciones a cada lado
—siete en el ala derecha y siete en el ala izquierda de la misma planta. Cada
habitación contaba también con un cartelito en la puerta con inscripciones que
iban desde “M 1” hasta “M 14”. (“M 1”, “M 2”, “M 3” hasta llegar a “M 7”, hacia
la derecha; “M 8”, “M 9”, “M 10” hasta llegar a “M 14”, hacia la izquierda.)
“Bonito, simétrico, pero raro”, pensó Agatha. “Una, puede
ser.” “Dos, tres y hasta siete, tal vez.” “¡Pero catorce!” “Aquí hay algo raro,
muy raro”, volvió a pensar. (Aunque pensamos —intuímos, en realidad— que fue
más intuición que pensamiento.)
3. El hecho de que todas se llamaran “Mary” le recordó que
Sir Henry era famoso por dos cosas (aunque algunos opinan que era una sola): su
falta de memoria y su extraño sentido del humor.
4. Otra cuestión llamó la atención de la abuela Agatha: las
catorce mujeres eran de distintas nacionalidades y hablaban idiomas diferentes.
(“¡Catorce nacionalidades, catorce idiomas! Hmmm...”, pensó Agatha.)
Buscando, buceando, chequeando en los archivos parroquiales
(cruzando referencia, como dicen ellos) la abuela Agatha descubrió que una vez
al año, en la misma fecha, Sir Henry concurría a la vicaría a casarse, otra vez
(una y otra vez...), con Mary Wimpole.
El vicario lo había notado, y el notario también (después de
todo, ése era su oficio), pero lo atribuyeron a la falta de memoria de Sir
Henry. (También notaron que las mujeres eran diferentes cada vez, pero todos
saben lo reservados que son los ingleses—en especial los vicarios y los
notarios— en estos asuntos.)
Resultado: Sir Henry era el asesino, sin duda, aunque en
este caso no se hubiera cometido un asesinato.
Epílogo.
Cada vez que la abuela Agatha se refiere a “El caso de las
catorce esposas”, el condado aludido es el de “Su-Sex” (el de sir Henry,
suponemos).
(Aquí es donde vienen los créditos del final pero, como ésta
es una versión pirata, han sido eliminados...) (Un misterio más para la abuela
Agatha, pensamos.)
Douglas Wright
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