Hay un ritmo en todo ésto,
“yerba, fideos, café”,
hay un pulso que va y viene
en mi lista de almacén.
“Aceite, vino, gaseosas”
que yo vuelvo a reponer,
hay un ritmo de poesía
en mi lista de almacén.
Y en un orden diferente,
otra vez “yerba y café”,
y dos veces “vino tinto”
en mi lista de almacén.
Hay un ritmo en todo ésto,
y un pulso late también,
es el pulso de la vida
en mi lista de almacén.
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