Cuento para niños que relata las vicisitudes
(sin utilizar palabras como ésta) de un durmiente
de ferrocarril.
Toda la vida sosteniendo los rieles, y aguantando
el peso de los trenes y el "TRUCU-TRÚN
TRUCU-TRÚN" de sus ruedas.
Paradójicamente, el bello durmiente
no duerme nunca.
¡Oh! Gracias por despertarme de la ignorancia. Yo siempre creí que era un cuento donde un bello (llamado también, pelo) se queda dormido en una cama, después de el hechizo de un hada (aunque no sé si era “El hado de chocolate” o “Ferihada”)
ResponderEliminarComo habrás notado... me encanta este blog
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarIntercambiamos ignorancias, en todo caso...
ResponderEliminarGracias otra vez, Jacqueline!
(Qué bueno que te guste todo ésto!)