Desde mi pieza
Desde mi pieza
se escucha mucho,
se escucha todo,
se escucha siempre,
se escucha más.
Los pajaritos
por la mañana
y por la noche,
perros ladrar;
muchas bocinas
en la avenida
y alguna moto
va sin parar.
Desde mi pieza
se escucha mucho,
se escucha todo,
se escucha siempre,
se escucha más.
Los martillazos
de alguna obra,
el “PIP” que hace
un celular;
una frenada
suena en la esquina
y dos vecinas
dele charlar.
Desde mi pieza
se escucha mucho,
se escucha todo,
se escucha siempre,
se escucha más.
Y por la noche
se oyen ruiditos,
los que la noche
hace al pasar;
pero el domingo
por la mañana,
silencio de autos
y de bocinas,
de colectivos
y de vecinas;
silencio puro,
silencio claro,
silencio quieto:
todo el silencio
puedo escuchar.
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