15 de febrero de 2024

Callecitas de mi barrio


Callecitas de mi barrio 
 
Letra y música: Douglas Wright
 
 
Callecitas de mi barrio,
desparejas, empedradas,
con sus terrazas al sol
llenas de ropa colgada.
 
Callecitas de mi barrio,
con los árboles al fondo,
con sus rejas, sus persianas,
sus balcones y sus toldos.
 
Callecitas de mi barrio,
mi recuerdo anda en un barco
por ese río que corre
al borde del empedrado.
 
Callecitas de mi barrio,
con veredas de baldosas,
con zaguanes y jardines
con un malvón y una rosa.
 
Callecitas de mi barrio,
con sus frentes decorados
con una flor de cemento
o un angelito de mármol.
 
Callecitas de mi barrio,
mi recuerdo anda en un barco
por ese río que corre
al borde del empedrado. 
 
 

13 de febrero de 2024

Atrás de mi casa

 
Atrás de mi casa 
 
Atrás de mi casa crecen
los cerros de la Quebrada
—cada vez que yo lo quiero,
cuando se me da la gana.
 
Atrás de mi casa surge
el mar del sur argentino
—por allí anda mi mente,
por allí está mi destino.
 
Alrededor de mi casa
surge una selva salvaje
—llena de verdes vitales:
¡exuberante paisaje!
 
Por encima de mi casa,
las estrellas de la noche
dibujan cruces, puñales,
collares de plata, broches.
 
Mi casita está en el centro
de todo lo que yo quiera:
a veces, en alta mar,
como si fuera un barquito,
en una playa dorada
salpicada de palmeras,
en las quebradas del Norte
con sus cardones y tunas,
en las dunas de las playas,
allá, en los mares del sur,
en las montañas de plata
¡ah, de la gran Cordillera!
 
Atrás de mi casa crecen
paisajes como de ensueño
—en los días de mis días,
¡en las noches de mis sueños! 
 
El viejo Now


 

10 de febrero de 2024

¡Ah, los árboles disfrutan!

 
¡Ah, los árboles disfrutan! 
 
¡Ah, los árboles disfrutan
la brisa de la mañana!
—la brisa, con sus cosquillas,
alegra sus ramas altas.
 
¡Ah, los árboles se ríen
agitando sus hojitas!
—la mañana los saluda
con bocanadas de brisa.
 
En esta mañana clara,
los árboles y la brisa
son como una misma cosa
—¿qué sé yo?, como una fiesta
serena, calma, sin prisa. 
 
El viejo Now



8 de febrero de 2024

Si yo fuera un pajarito

 
Si yo fuera un pajarito 
 
Si yo fuera un pajarito
diría "gracias" al aire,
si yo fuera un pececito,
"gracias" al agua, también.
 
Como soy un ser humano
le digo "gracias" al día
—que es mi aire, que es mi agua,
mi cotidiano sostén.
 
Pajarito agradecido,
pececito agradecido,
¡ser humano agradecido!;
así ando por el día,
así ando por la vida:
¡dele y dele agradecer! 
 
El viejo Now

 

Los sabores de la vida

 
Me gusta el sabor de algunas bebidas (el vino, por ejemplo), y me encantan los perfumes del azahar y del jazmín de mis balcones... 
 
Pero, a veces, bebiendo un vaso de agua fresca, me encuentro diciéndome a mí mismo, en voz alta: "¡ah, qué rica!".
 
Y, a veces, acostado en mi colchón, dejando que mis pulmones se llenen todo lo que quieran, siento que el aire es riquísimo también.
 
Como están ahí, a nuestro alcance todo el tiempo —todavía—, me parece que los valoramos poco.
 
A ellos: ¡salud!
 
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Algo más…
 
Cuando yo era chico, había unos personajes que hablaban en “capicúa” (venían de una época anterior, todavía —de aquellos “taitas” de tango, tal vez).
 
A veces, algunos versitos se me aparecen así, en “capicúa” (“el agua es rica —el agua—“) porque sí nomás, porque se les da la gana (y yo les sigo la corriente).
 
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Los sabores de la vida 
 
El agua es rica —el agua—,
el aire es rico, también
—el agua, con su sabor,
me salpica, me salpica.
 
El aire es rico —el aire—,
rico como el agua rica
—¡ah, el aire, con su aroma,
aromatiza mi vida!
 
Nada de "insulsa, insabora,
inodora e incolora":
¡una mentira total!;
el agua tiene sabores
—sabores ricos que pican.
 
Nada de "insulso", ¡mentira!
—digo, el aire no es así—,
tiene perfumes de vida:
los aromas de la vida,
los aromas del vivir. 
 
Douglas Wright